CUADRO DE SITUACIÓN (7)
Desde el Estado: Obviamente debe quedar sentado la inexistencia de política educacional alguna, en cualquier estamento que se analice, desde la óptica de considerar como tal a un plan maestro educativo, que como toda política de estado, se proyecte como objetivo independiente de los avatares ideológicos a que somos tan afectos.
Seguramente no se ha implementado ninguna modificación sustancial en los últimos cincuenta años, y las improvisadas cosméticas que fueron aplicadas, presentan claramente, sus consecuencias.
La mezquindad de los presupuestos destinados a la educación habla a las claras de las prioridades que se manejan en la política, algunos intentos aislados de mejoras o innovaciones de importancia, son o fueron pequeños islotes que no alcanzan la dimensión ni la fuerza para operar un resultado de masivo alcance.
En algunos distritos en particular, la crisis educativa adquiere proporciones alarmantes, y no por ser estas zonas particularmente carenciadas, desde los recursos de que disponen las autoridades.
Es el caso de la Provincia de Buenos Aires, particularmente grave por la concentración poblacional que detenta, es quizás el más dramático ejemplo de las consecuencias de idas y venidas, según los vaivenes del poder político de turno, con la complacencia de una sobredimensionada, lenta e ineficiente burocracia que se concentra en un organismo que ni siquiera merece el nombre de Ministerio.
A poco que se estudie la trayectoria educativa de la provincia en los últimos, por lo menos treinta años, se advierte un progresivo deterioro de todos los indicadores que miden la calidad educativa, la cantidad de días efectivos de clases, la proporción de docentes-alumnos, los porcentajes de deserción, el estado de conservación de la estructura edilicia, la calidad del equipamiento de las mismas.
Desde las diferentes Universidades, que reciben alumnos de esta provincia, se conoce desde tiempo atrás y se ha informado a sus autoridades educativas en reiteradas oportunidades, de la diferencia, en algunos casos alarmantes, del grado de carencia de conocimientos, de los alumnos provenientes de ese distrito. A decir verdad, la percepción de quien escribe estas líneas es la de franca retirada de los responsables de tal desmanejo, de las responsabilidades que les competen, lejos de poder comprender esta realidad como parte de una estrategia de cualquier índole, solo puedo encuadrarla dentro de las consecuencias de una absoluta ineptitud para llevar adelante la tarea que se supone deben cumplir. En esta certeza, solo resta interpretar que asisten impávidos al devenir errático del sistema, atinando solo a improvisados remiendos, siempre tardíos, siempre detrás de las consecuencias de lo que deberían haber sido capaces de prever y aún más de evitar.
Una de las responsabilidades indelegables del Estado, de cualquier Nación que como tal se considere, seguramente la más importante responsabilidad. La Educación, transita por propia inercia, carente de dirección, planificación y objetivos, cediendo terreno permanentemente, dejando librados a su suerte a grandes espacios geográficos de su responsabilidad, de los cuales simplemente se ha ausentado, quizá deba recordar que más allá de la simple geografía que menciono, se encuentran en ella las verdaderas víctimas de este desmanejo, las familias que moran esos lugares y que deben cubrir en no pocas ocasiones distancias absurdas en procura de educación, para sus hijos.
El sobredimensionamiento de la Educación de Gestión Privada en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires habla a las claras de la certeza de las anteriores afirmaciones.
Bienvenida seria esta alternativa si fuera adecuadamente supervisada por el área de gobierno respectiva y si además, garantizara la igualdad de oportunidades para los alumnos. Todos sabemos que ninguna de estas dos premisas se cumple. La indelegable supervisión es solo formal y lejos de garantizar igualdad, aumenta la discriminación entre quienes pueden y quiénes no.
Los primeros creerán que la inversión económica que realizan les reportara una mejor oportunidad de buena formación educativa, solo lo creerán, técnicas de mercado mediante, convincentes mensajes que prometen sin retaceo, un alto nivel que saben no cumplirán, imposible hacerlo, desde el plantel docente que pueden procurar los misérrimos salarios que pagan. Bueno es que se enteren, estos padres que en muchas ocasiones postergan justas prioridades de confort y seguridad económica en pos de la mejor calidad de formación en sus hijos, que a la hora de acceder a una carrera terciaria, en no pocas oportunidades, esos alumnos formados a fuerza de sacrificio económico, no alcanzan siquiera el nivel de rendimiento de otros compañeros, provenientes de estratos económicos menos favorecidos y en consecuencia, de escuelas públicas. Este dato, celosamente guardado, es conocido por las autoridades educativas de la provincia desde tiempo atrás y si, no se sorprendan, nada se hace al respecto.
Permanecen aún en mis recuerdos, las expresiones de temor y desorientación, de aquellos alumnos, que víctimas de la última crisis económica, vieron caer la posibilidad de continuar en establecimientos de gestión privada, ya que sus padres no podían continuar soportando el costo económico.
Temor por encontrarse en un medio social diferente, en la escuela pública.
Desorientación por encontrarse con niveles superiores de formación a los que se supone ellos tenían.
Permítaseme detallar mayormente algunas realidades de esta particular “Educación de Gestión Privada”
A partir de un contenido curricular mínimo, que es en realidad, el mismo que se dicta en los establecimientos de “Gestión Pública”, los colegios privados se encuentran en la más absoluta libertad de crear a su antojo, nuevas materias, con nuevos contenidos, que supuestamente marcan la diferencia entre estos dos estamentos. La idea no es mala, solo injusta.
Pero eso a quien le importa?
De todas formas, ni siquiera semejante oportunidad fue aprovechada, estas nuevas materias ”extraprogramaticas” solo sirven para ocupar espacios vacíos en el horario diario, sus contenidos livianamente bosquejados, pero adecuadamente presentados ante la autoridad de control, según las formulas y ritos contemplados, son aprobados y por lo tanto se llevan adelante. Actualmente semejante desaguisado tiene dos utilidades prácticas, casualmente las dos alejadas sideralmente de la supuesta mejor formación.
En algunos casos son moneda de negociación entre padres y autoridades, para definir la promoción del alumno al nivel inmediato superior.