CUADRO DE SITUACIÓN (2)
Permanecen aún en mis recuerdos, las expresiones de temor y desorientación, de aquellos alumnos, que víctimas de la última crisis económica, vieron caer la posibilidad de continuar en establecimientos de gestión privada, ya que sus padres no podían continuar soportando el costo económico.
Temor por encontrarse en un medio social diferente, en la escuela pública.
Desorientación por encontrarse con niveles superiores de formación a los que se supone ellos tenían.
Permítaseme detallar mayormente algunas realidades de esta particular “Educación de Gestión Privada”
A partir de un contenido curricular mínimo, que es en realidad, el mismo que se dicta en los establecimientos de “Gestión Pública”, los colegios privados se encuentran en la más absoluta libertad de crear a su antojo, nuevas materias, con nuevos contenidos, que supuestamente marcan la diferencia entre estos dos estamentos. La idea no es mala, solo injusta.
Pero eso a quien le importa?
De todas formas, ni siquiera semejante oportunidad fue aprovechada, estas nuevas materias ”extra programáticas” solo sirven para ocupar espacios vacíos en el horario diario, sus contenidos livianamente bosquejados, pero adecuadamente presentados ante la autoridad de control, según las formulas y ritos contemplados, son aprobados y por lo tanto se llevan adelante. Actualmente semejante desaguisado tiene dos utilidades prácticas, casualmente las dos alejadas sideralmente de la supuesta mejor formación.
En algunos casos son moneda de negociación entre padres y autoridades, para definir la promoción del alumno al nivel inmediato superior.
En otros, son fuente extra de ingreso, materias optativas, cuya cursada implica una mayor erogación que la cuota pactada, además de gastos extras por la adquisición de material didáctico, que supuestamente será destinado a ese fin.
No son pocos los padres que se enteran de este desmanejo, a través de sus hijos, hábiles lectores de la realidad, y no son pocos los alumnos que saben, certeramente que en realidad solo deben aprobar las materias consideradas “obligatorias”, deduzcan ustedes la importancia que estos alumnos le adjudican prioritariamente a las llamadas “extra programáticas”.
Saben ellos, mejor que nadie, cuál será la peor consecuencia de no aprobar dichas ”materias” y no se equivocan, así asistimos a fin del año lectivo o después de los exámenes de febrero a precipitadas negociaciones y maniobras de captación, de estos establecimientos, que flexibilizan sus requerimientos en función de las necesidades económicas, léase, matriculas que tienen.
Permitiendo de esta forma atraer a quienes deban cambiar de colegio para pasar de año, esto sucede, permanentemente, los padres lo aceptan, creyendo con esta actitud beneficiar al alumno, quien también lo acepta, creyendo beneficiarse con la promoción. Los Colegios promueven e inducen estas acciones beneficiándose económicamente de ellas.
Las autoridades educativas…………bien, gracias.
Un párrafo aparte merecen dos cuestiones en esta particular “Educación de Gestión Privada”.
La primera se refiere a los tan promocionados colegios bilingües, en los que, a contra turno del contenido curricular en castellano, se ejecutan actividades en otro idioma, supuestas materias, que en el detenido relevamiento de su contenido, muestran prontamente la liviandad de la improvisación, la ausencia de coordinación entre las áreas de los dos turnos, la superposición de temas, el diferente enfoque de los mismos tópicos, contradicciones en las informaciones dadas.
Sabemos, quienes conocemos la trastienda cotidiana, que desde tiempo atrás se ha determinado que no está aventajado en el conocimiento del idioma extranjero aquel alumno que concurre a un colegio bilingüe, si es comparado con otro que concurra a media jornada y asista dos o tres días por semana a un instituto de enseñanza de la lengua de referencia.
También conozco la realidad de alumnos, asistentes a colegios bilingües, que ante la imposibilidad de asimilar la creciente complejidad del nuevo idioma, se limitan a memorizar cortas definiciones con regular fonética, que el docente acepta como respuestas a puntuales cuestionarios.
No se le ocurra a usted, lector, preguntar a ese alumno sobre el real significado del concepto que recita, simplemente no lo sabe expresar, ni siquiera en su lengua nativa, pues no sabe de qué está hablando. Nada ha aprendido, solo aparenta saber y parece que esta cosmética, una más, alcanza.
Quienes se supone, deben, controlar, celosamente, la actividad educativa que como Estado, delegan en la gestión privada, no cumplen su tarea, los pocos ejemplos enunciados lo demuestran y mientras tanto se suceden las aperturas de nuevos establecimientos privados, que falsamente suponemos, poseen todos los requisitos de idoneidad y solvencia que el elemental sentido común indica, para tamaña responsabilidad.
Y también se cierran, dejan de funcionar en aras de más rentabilidad en otro rubro o por mala administración o simplemente por el más profundo desconocimiento de la actividad que se encara.
En esta situación, las autoridades del área de educación, muestran en todo su esplendor, la capacidad que aquí si poseen, a los fines de liquidar la mercadería de inventario, léase los alumnos de ese fallido colegio, arbitrariamente distribuidos en otras escuelas, con una celeridad sorprendente, sin opciones, ni explicaciones.