1 QUIENES ENSEÑAN

Frecuentemente, consideramos que la enseñanza es un proceso que empieza con la escolaridad formal, o sea, actualmente, entre los cuatro o cinco años de vida. De esta forma, dejamos de lado inadvertidamente, todo el proceso cumplido por el núcleo familiar, desde el momento mismo del nacimiento, y quizá antes, durante el desarrollo en el seno materno.

Lo cierto es que en estos tempranos tiempos, el círculo familiar básico, en primera instancia, y accesoriamente, el entorno familiar y social que rodea al recién nacido, actúa permanentemente sobre él, en un verdadero proceso de enseñanza que, lejos de ser formal, planificado y metódico; se caracteriza por su espontaneidad, oportunidad y contundencia en los efectos que provoca, tanto por su existencia como por su carencia. Nadie ignora las consecuencias en el proceso madurativo, de la ausencia de estos estímulos.

Si aceptamos como real este temprano acto de enseñanza que se desarrolla en el medio familiar, todos debemos aceptar nuestra condición de educadores y, por lo tanto, hacernos cargo de las consecuencias que tendrán nuestros modelos en el futuro, o su omisión.

La importancia de este concepto reside en que, además de enseñar habilidades, conductas, actitudes o movimientos, estamos influyendo en la innata curiosidad, estamos enseñando a aprender.

Establecemos un nivel de diálogo educativo elemental, en el cual dejaremos la marca indeleble de la gratificación o decepción por la enseñanza aprendida o no.

Quedarán grabadas, como vivencias, las  percepciones referidas a nuestra actitud de enseñanza y las señales que indicarán al niño cuál es nuestra respuesta a su forma de demostrar lo aprendido.

Estos primeros y elementales exámenes de conocimientos, conllevan una nota, una calificación que, aunque no sea escrita en una hoja, constituye la base de semejantes experiencias futuras.

Cada vez más precozmente, aún con meses de vida, un creciente número de lactantes son enviados, durante gran parte del día a nuevos ámbitos, improvisados hogares sustitutos, a consecuencia de la creciente demanda de tiempo que los padres deben destinar a la obtención de recursos económicos, los que en muchos casos, no alcanzan a cubrir la erogación que supone la permanencia de sus hijos en esos establecimientos.

Esta desventajosa ecuación económica, permite inferir otras motivaciones en la necesidad de  desplazar precozmente al niño del seno de su hogar.

- Enseñan en las guarderías, o “jardines maternales”, personas que realmente ignoramos si están capacitadas para tolerar, durante meses, la condición de pseudo madres de diez o más niños de corta edad, a tiempo completo, en tareas de higiene, alimentación y sueño; y sabemos, o intuimos, la importancia que encierra para el niño, la forma de brindar estas atenciones.

Los frecuentes casos de castigos físicos, mala alimentación, administración de medicamentos inductores de sueño; constituyen la suma de avatares a los que, sin duda, deberíamos agregar la ausencia de la madre y del entorno familiar primario, como carencias irreemplazables. Convendría meditar seriamente sobre las consecuencias que esta “solución” deja en la futura experiencia educativa del niño.

- Enseñan en el nivel Preescolar, maestras jardineras egresadas de Institutos de Formación Docente, en el mejor de los casos; estudiantes avanzados de estos mismos Institutos, la mayoría de las veces;  o simples empleadas, sin más aptitud que sus necesidades laborales y la complacencia del responsable del área.

Ya en la escolaridad formal, dejamos en manos de terceros extraños, la enseñanza metódica de conocimientos preestablecidos en forma de objetivos pedagógicos, de contenidos curriculares con creciente complejidad a lo largo de los diferentes niveles de enseñanza.

Simultáneamente, le presentamos al niño la necesidad de adaptarse a un medio distinto a su hogar; adecuando su conducta a la interacción con otros niños, a los que no elige, poniendo en acción mecanismos de socialización, tolerancia, disputa, que en frecuentes oportunidades son absolutamente novedosos para el niño.